Las dichosas tiendas de aplicaciones

Últimamente las tiendas de aplicaciones están teniendo mucho éxito, a día de hoy es difícil encontrar un sistema operativo para móviles sin una tienda integrada, y Google con Chrome OS planea extender este modelo a los ordenadores portátiles.

Es una idea que me gusta mucho. Los que hemos usado Linux conocemos algo parecido que son los gestores de paquetes, que vienen a ser unos programas que descargan desde un servidor central unas listas de programas "empaquetados" para que el usuario elija los que le interesan y el gestor de paquetes se encarga de descargar el programa, instalarlo, y mantenerlo actualizado automáticamente. Eso evita a los usuarios de Linux problemas con los virus por descargar un programa de una web no oficial, garantiza que siempre se usa las últimas versiones de los programas, y es muy cómodo.

Las tiendas de aplicaciones hacen las mismas funciones que un gestor de paquetes y además te permiten comprar software. Pero mi impresión es que esta es una de esas ideas que las empresas han fastidiado por sus intereses comerciales, porque mientras Linux sigue permitiendo instalar aplicaciones a la manera tradicional (que es compilar o descargar el binario) las tiendas de aplicaciones de los móviles y Chrome OS prohíben la instalación de programas que no están en su tienda. Las empresas dicen que lo hacen por "trusted computing", es decir, para asegurar que los programas no contienen ni virus ni spyware pero en la práctica también lo hacen para censurar los programas de la competencia como es el caso de Skype en los iPhone.

Las tiendas de software son una buena idea pero eso no justifica que las empresas que diseñan los sistemas que las usan mantengan un control absoluto sobre lo que se ejecuta en sus dispositivos, yo opino que deberían seguir ofreciendo al usuario la opción de instalar un software por su cuenta.

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